jueves, 12 de julio de 2007

Extracto de "El Diario de El Solo". Sobre Natalia, 2ª parte... y ojo... ¡aun no empezamos!.

La bestia herida
o
desencuentros en “Bal le duc
”.



Máximo: Natalia. Habla Máximo... que onda, quedé esperando tu llamada, dime si quieres salir conmigo o sino para llamar a otra persona...

Natalia: ¡Hay máximo!, ¡que pesaooo! (risas).[1]

Máximo: No es eso, sólo quiero saber si nos vamos a ver. Además me acaban de dar la posibilidad de trabajar en una consultora como ayudante de investigación, por eso quiero celebrar.

Natalia: ¡Hay que rico! Ya, te cuento, estaba a punto de llamarte pero se me acabaron los minutos en mi celular y no tengo sencillo para comunicarme, pero lo iba a hacer[2]. Mira, en este bar no está pasando nada, así que nos vamos a al Bal le Duc, te espero allá.

Máximo: (Esperanzado aun). Ya poh, de allá somos.

Natalia: ¿En cuanto rato puedes llegar?

Máximo: En media hora estoy allá... te espero.

Natalia: Vale. Nos vemos...

Máximo: Nos vemos, besitos...

Teléfono: Tut... tut... tuuuuut...

Máximo: (Ah, ya cortó)…

Las micros de Santiago tienen esa cualidad extraña que siempre cuando se les necesita tardan en pasar, pero cuando requieres dormir te despiertan con sus bocinas durante la noche. En fin, muera Murphy.

La noche está en su plenitud aun. Bal le duc, antro de especímenes andrógenos está en su cenit igual. Parejas de vampiros de la "Casa Hammer", lesbianas experimentadoras (se llaman así ahora, no concretan nada y se mienten el doble), gay asumidos, gays circunstanciales, personajes con lentes oscuros en una noche de boca de lobo, alguno que otro perdido que en nada se asemeja a la cofradía espectral que habita el antro… fauna en general.

La entrada es acogedora.

Entrada : $ 3000.
Derecho a cover: Tut... tut... tuuuuuu...
Tragos: $ 2500... Hueones con... #*¬... cha ‘e... &%... su
madr..."·#{ es...
Cigarros: Ídem.

La espera:

Vueltas: Muchas.
Tiempo de espera: Dos horas cronométricas, reloj en la diestra, trago en la siniestra, pucho al medio... (En la boca)
Neuronas: - 96469 multiplicado por las circunstancias al infinito = falso éxito = tut... tut... tuuuuuu...

Así, veamos resultados…

Estoy deambulando por espacios oscuros, lugares en donde los extraños pululan como amebas, mezclándose en una suerte de animal extraño por donde salen exclamaciones de placer… odio, asco y sudor. Todos se tocan, todos se rozan, todos se miran, pero nadie se reconoce más allá de lo que realmente reniegan. Son los menos, pero dentro de este cubil son lo más. Juegan con sus sexos, con sus ficciones, con sus... ya saben... (cosas?). Disfrutan de su “androgenía", riéndose de su suerte... son los menos que ahora, en este espacio breve, son más.

Beben, se drogan, se dilatan, se erectan. ... se van... se corren... Los entes de la sub-terra, del sub-sole, sobreviven a los avatares diurnos de quienes los critican en horas productivas, socialmente definidas en páginas amarillas de diarios fascistoides[3], con espías de ojos azules y sexos escondidos, que se nutren de sus divisas (víctimas) desde antaño y que reniegan de su naturaleza absurdamente cínica. Son los choques de trenes ficticios que les dijeron cómo ser, cómo actuar, pero que los traicionan en bloggs absurdos, en matinales falsos, en sub-espacios de opinión... Son los proclamadores de ídolos muertos, de libertades comercializadas, de anhelos prostituidos en aquellas páginas, en dichas zonas de contactos falsas... son ellos. Los traidores... los socialmente aceptados en base a la moda de no serlo en realidad. Maldito cariño... ¿o amor?... ¡que ya no choquen más trenes ficticios!... ¡Viva la mañana!... pero a las tres a.m... ¡nunca a las 08:00! Eso es el alba para "los solos". A esa hora se duerme recién... ¡estúpidos!

Santiago, 2 a.m. Natalia nunca llegó. El hambre es menor a la pena. La pena es superior a la naturaleza. "Y yo la quería"[4] , más que al anhelo de ser un pérfido, por encima del ego de querer ser un asesino reconocido... la deseaba por encima a lo escrito y lo dicho (lo proclamado), más allá de lo pensado. La requería desde adentro, al lado del cariño, cercano al amor... a la proyección. (¿Erección?).

Son las 3 de la mañana. Natalia aun no llega...

¡Qué puedo hacer!... ¡nada!, sólo seguir pensando en que los unicornios no son azules[5], tan sólo profundamente pálidos y que no se pierden, simplemente los extraviamos por espacios de tiempo cortos. Pero siempre vuelven.

4 de la mañana... lo perdí... es más nunca lo tuve... peor aun... nunca llegó...

Santiago, 4:30 de la mañana. Aun tengo hambre y pena. Más lo segundo que lo primero. Camino por las calles grises de mi ciudad, mi gran urbe, en zigzagueos que más que hablar sobre mi estado de ebriedad son reflejo de mi ansia de esperanza perdida, de dar vuelta atrás, metros a la inversa y regresar a un espacio en donde sé estará ella. Pero todo es falso, acelero la marcha, para huir de la pena de no haberla visto.

"El cazador cazado es". Ha muerto en un intento vano de ver su piel gris y no alba. El cazador está senil, gastado y cansado. Ya no es lo pensado, tan sólo es una triste copia de lo real, lo presente, pero aún así lo niega. Después de unas horas lloraría la realidad de tan sólo ser un vil reflejo de lo mentalizado, la presa. ¡Vivan las putas!... Al menos te cobran, evitando el amargo sentir de la recompensa aminorada.

5 de la mañana, es Santiago, durante una madrugada de primavera cercana al vil verano. Las luces no se reflejan ya en el húmerdo asfalto, las brisas son cálidamente mortuorias. Los olores se entremezclan entre los varios que pululan en la maraña de artefactos putrefactos de las noches malogradas. Es "El Solo" quien les habla desde los mas profundo de su ser. "Soy solo, soy malogrado, soy Máximo minimizado". Sólo sé que nada puedo hacer... porque nada sé... pero, malditamente siento... dulce condena.


Y quisimos renacer, luego de la ausencia de lo que éramos,
posterior a la pérdida de lo que precisábamos ser,
después de lo que algún día soñamos.
Pero la vida se ríe de nosotros,
de manera sarcástica y cruel… infernal…
convirtiéndonos en títeres de las circunstancias,
en hijos de nuestros errores... una mala copia de nosotros mismos…

…“de lo que soñamos ser”…

“El paraíso perdido bien vale un infierno ganado”.

“Diario de El solo”.
Tiempo atrás.

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[1] La sirena sigue cantando... el solo nuevamente embrujado.
[2] Otro canto más y ya van dos.
[3] Soy el quinto jinete del Apocalipsis, o la cuarta yegua, da lo mismo... algunos lo entenderán... ¡viva la patria multicolor!... al fin y al cabo son votos.
[4] ¡Viva Fulano!
[5] ¡Hay que ser muy huéon como para perder un unicornio azul!… con los pocos que quedan.

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